Este videojuego mezcla la estética comic con un guión gamberro e inteligente que no tiene piedad con el panorama social actual, haciendo que el jugador se sienta identificado con sus personajes, en especial con su protagonista: Guy (Chico) Guatamez.
Guy Guatamez, becario de profesión, es un paria laboral que, tras años de contratos temporales, ha caído en el abismo del paro. Después de ver un extraño anuncio en el periódico se presenta a una entrevista de la Malebolge Corp, una misteriosa entidad en la que le contratarán sin pensárselo dos veces.
Así es como Guy acaba trabajando para la corporación del infierno, en el departamento de envío. Les cede su alma y deberá trabajar toda la eternidad en el Inframundo, sin poder salir de allí, formando parte del 5% de humanos existentes entre el personal, exigidos por acuerdo sindical. Un día, se encuentra con Troublerone, un misterioso demonio sometido a una maldición. Troublerone quiere acabar con Lucas Feri, Presidente de la Corporación, por haber encerrado su alma en una máquina expendedora de café y aperitivos por lo que le da a Guy un motivo, un plan y habilidades que le permitan vencer al Príncipe de los Especuladores.
Para que el plan tenga éxito debe reclutar al resto de los humanos descontentos de la plantilla y sabotear los departamentos del pecado, desde dentro.
En esta aventura, el jugador debe combinar las locas habilidades de los personajes (tales como súper visión de contable, blanqueamiento dental, acelerón cafeínico…) para resolver los puzles y los desafíos. ¡Hasta 25 “poderes” distintos!
La mecánica de Crisis Crunch sustituye el típico uso de objetos e inventario haciéndola más dinámica y fluida, otorgándole protagonismo a la interacción. Todo ello a través de diálogos divertidos que hacen un repaso sarcástico a la actualidad económica, política o audiovisual.